Disolver la levadura en un poco de leche tibia con el azúcar. Reservar.
Mezclar la harina con la sal.
Agregar el resto de la leche y el fermento de levadura.
Amasar hasta obtener una masa lisa y elástica. Incorporar de a poco la manteca blanda y amasar (al principio te va a parecer difícil que se pueda unir pero con un poco de paciencia se va incorporando...).
Dejar reposar la masa tapada con un lienzo limpio hasta que duplique su volumen.
Abollar en pequeñas piezas y dejar leudar nuevamente.
Pintar con huevo o manteca derretida.
Cocinar en horno precalentado a 190 grados unos 25 minutos aproximadamente o hasta que estén dorados.
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