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lunes, 24 de diciembre de 2018

Libum

El libum es un panecillo dulce que nace para ser ofrecido a los dioses. De hecho, se llaman así porque se empleaban en las libaciones (Varrón, LL VII,44).  En los sacrificios, en las festividades importantes e incluso en el culto doméstico, el libum servía para hacer las ofrendas, de manera que un pedacito se colocaba en el altar y el resto era repartido entre los asistentes a la ceremonia votiva.
La receta la encontramos muy detallada en De Agricultura de Catón el Viejo. La obra de Catón deja constancia de los usos y costumbres tradicionales que definen la esencia y la identidad de Roma. Las recetas que aparecen en De Agricultura resultan un recopilatorio de la tradición más arcaica. En este libro no encontraremos ninguna de esas novedades helenísticas que se pondrán de moda en las vidas -y en las mesas- de los romanos pudientes desde el siglo II aC. Al contrario, en De Agricultura aparecen legumbres, panes y tortas, miel, frutas locales, huevos, aceite, hortalizas, vino, carne de gallina… la comida que podríamos encontrar en la despensa de un rico agricultor, del propietario de una villa.

Veamos la receta de libum tal y como aparece en el libro de Catón:
“El libum se hace de esta manera: se colocan dos libras de queso en un mortero. Cuando estén bien desmenuzadas, añade una libra de trigo candeal o, si quieres que sea más tierno, media libra sola y la mezclarás cuidadosamente con el queso. Añadirás un huevo y lo mezclarás de nuevo. Con esta masa harás un pan y lo colocarás sobre unas hojas y, con el fuego bien caliente, lo cocerás lentamente en una olla de barro”. (De Agricultura LXXV).
Como se ve, la receta está bastante detallada. Sin embargo, la que he utilizado yo es la adaptación que se puede encontrar en el libro La cuina romana per descobrir i practicar, de Josep M. Solías y Juana M. Huélamo, un libro muy práctico a la hora de experimentar con las recetas antiguas.

Liba ex caseo supra laurum (Panecillos rituales sobre hojas de laurel)

Ingredientes:

  • 400 gr de queso tipo mató o requesón
  • 100 gr de harina de espelta integral
  • 1 huevo
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de hoja de laurel en polvo
  • Hojas de laurel para la base de los panecillos

Preparación

  1. En primer lugar, debemos encender el horno a 200º. A continuación, en un bol grande ponemos la harina con el queso, la sal y el polvo de laurel y lo mezclamos bien. 
  2. Después, echaremos el huevo y continuaremos mezclando. 
  3. Pondremos en una bandeja de horno unas hojas de laurel sobre un papel encerado. Sobre las hojas, un poco de aceite. 
  4. Una vez hecha la masa nos ayudaremos de dos cucharas para hacer pequeños panecillos y los iremos disponiendo sobre las hojas de laurel. 
  5. Hornearemos a 200º durante unos 20 minutos y añadiremos 3 minutos más de grill.


Pastel de albaricoques austriaco - Marillenkuchen

Ingredientes:
  • 100g de azúcar glass
  • 100g de harina
  • 100g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 4g de polvo de hornear (Royal o similar)
  • 2 huevos
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de azúcar avainillado
  • 1 cucharada de ron
  • 1/5 kg de albaricoques (damascos)
  • Azúcar glass para decorar
Preparacion:
  1. Precalentamos el horno a 200º. 
  2. Mezclamos en un bol grande la mantequilla a temperatura ambiente (bien blanda), el azúcar, la vainilla, el ron y las yemas de los huevos, y batimos con la batidora de varillas unos 3-4 minutos, hasta que la mezcla esté blanquecina. 
  3. Incorporamos la harina tamizada junto a la levadura, y batimos lo justo para que se integre.
  4. En un bol aparte montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal, hasta que estén muy firmes. Las incorporamos a la mezcla y removemos con cuidado con una cuchara hasta que se mezcle bien, pero de forma que se baje lo menos posible; siempre con movimientos suaves y envolventes.
  5. Extendemos la mezcla para el bizcocho sobre el molde, intentando que nos quede lo más plano posible.
  6. Lavamos los albaricoques, los abrimos por la mitad y quitamos el hueso. Los colocamos sobre el pastel con el hueco hacia arriba. Apretamos lo justo para que no se muevan, no es necesario hundirlos en la masa.
  7. Horneamos a 200º unos 35 minutos, hasta que veamos que todo empieza a dorarse por igual.
  8. Sacamos del horno, dejamos templar y espolvoreamos con azúcar glass por encima.