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sábado, 2 de febrero de 2019

Rancheritas de trigo

Ingredientes
(10 porciones)
  • 250 gramos de harina de trigo integral
  • 62 gramos de azúcar
  • 1 cucharadita de polvo para hornear
  • ¼ de cucharada de canela molida
  • 62 gramos de manteca
  • 1 huevo
  • 62 mililitros
Preparación
  1. Tuesta el cacao hasta que se puedan pelar. 
  2. Retira del fuego y pela. 
  3. Muele el cacao hasta que quede muy fino. 
  4. Mezcla el trigo con el cacao molido hasta integrar. 
  5. Amasa hasta que la mezcla no se desprenda o se quede pegada en las manos. 
  6. Forma las gorditas y pon a cocer en un comal. 
  7. Sirve caliente.
Nota

  • Esto mismo puedes hacerlo con maíz en lugar de trigo, cociéndolo en agua suficiente con la cal hasta que esté blando, como primer paso.

El pan nuestro de cada día


La preparación comienza a las 21, para que el pan esté listo a primera hora del día siguiente. En su elaboración, se emplea harina, agua fría (casi a punto de congelar), sal y mejorador (malta, grasa o manteca). El comienzo es manual, con un amasado lento para mezclar los ingredientes y no elevar la temperatura de la masa. Luego, la velocidad del amasado aumenta.

La masa se deja descansar durante 10 minutos y se la coloca en una sobadora (máquina para estirarla, equivale al palote que se utiliza en el hogar). Después de alrededor de media hora, se corta en las diferentes formas.

Una vez cortado y arrollado, el pan entra en una fase de descanso, en la cual se eleva por efecto de la levadura hasta que se lo cocina empleando dos tipos de hornos: el tradicional de ladrillos y uno rotativo.

Con cuál me quedo

No existen diferencias sustanciales en la elaboración de los distintos productos panificados. Pequeños cambios en la receta (agregar o quitar algún ingrediente como manteca, leche, grasa o semillas) y un corte diferente son suficientes para darle identidad a una variedad.

El pebete adquiere su color y gusto tan característicos por la incorporación de azúcar en su receta. El pan de campo, por ejemplo, posee una miga densa porque su masa se elabora con menos agua y levadura. El miñón, la flauta y el felipe se realizan con la misma masa; la diferencia la marca la forma que se le da a la hora de prepararlos para la cocción.

¿Cuál es el mejor tipo de pan para hacer un buen sándwich? Si bien es subjetivo y depende de los gustos personales, el pan francés lleva las de ganar, seguido por el pebete.

El día después

Qué pasa con el pan que no se vendió en día, es una pregunta bastante frecuente. Los destinos varían según la confitería o panadería y las cantidades se van adecuando a la demanda.

En algunos casos, se hace pan rallado, budín de pan, tostadas, torrejas, biscottis o se dona a comedores escolares.

Aunque existen aditivos que permiten mantenerlo fresco por unas horas, su incorporación atenta contra la calidad y sabor del producto.
La humedad afecta a todos los productos panificados por igual, y ante ella la única solución reside en el empaque.

Para su conservación es fundamental que la humedad sea mínima, lo cual permitirá mantener su sabor inalterable por el mayor tiempo posible.

Horacio Parrondo es artesano en pastelería y presidente de Confitería Los Molinos, www.los-molinos.com.ar

Facturas Anarquistas


El 18 de julio de 1887, en Buenos Aires y gracias a la iniciativa del anarquista italiano Ettore Mattei, se creó la primera institución de la resistencia argentina: la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Uno de los grandes teóricos del anarquismo moderno, su compatriota Errico Malatesta (que vivió en la Argentina entre 1885 y 1889), fue el encargado de redactar sus estatutos. Esa sociedad, que entre 1894 y 1930 editó sin pausas el periódico El Obrero Panadero, fue la responsable de bautizar, con toda la ironía del mundo, las distintas variedades de facturas (masas horneadas) que todavía hoy, son moneda corriente en todas las panaderías de barrio. 

Así, en “homenaje” a la Iglesia empezaron a vender sacramentos y bolas de fraile, que también pueden llamarse suspiros de monja (justo es reconocer que este es su nombre popular: en general, las panaderías las ofrecen como “berlinesas”); en recuerdo irónico de los militares, bombas y cañoncitos (rellenos de dulce de leche o crema pastelera); y como burla a la policía, vigilantes. 

Quizás la más conocida de ellas, la "media luna", permita entender el sentido sarcástico de esos nombres. Cuando en 1529 Viena fue sitiada por largos meses por los ejércitos turcos, los reposteros locales, a fin de animar el alicaído ánimo de la población, tomaron el emblema de los sitiadores, la media luna musulmana que flameaba en las banderolas del campamento enemigo, y las moldearon en sus hornos de pan. Luego, el populacho se asomaba a las murallas de la ciudad y se mostraba ante los irritados soldados turcos masticando su símbolo sagrado.